
¿Has oído hablar de calidad de vida?[1] La calidad de vida no se
entiende en todas las culturas de la misma manera. En las culturas occidentales
(europeas), la calidad de vida consiste en tener comodidades, buena
alimentación, salud, dinero, etcétera; para las culturas indígenas, el término
más adecuado es lo que llaman “vida armónica” e implica tener una buena
conducta con los demás, cuidar y ser agradecidos con la madre tierra, porque si
la tierra, las plantas y los animales están bien, las personas tendremos una
buena vida. Una idea muy importante en la cosmovisión indígena es el respeto a
la vida, el tomar lo necesario y usar las cosas de acuerdo a su función,
conservando el equilibrio y la armonía.
En algunas culturas, los niños son
seres que viven en la fantasía, que pueden hacer muy poco; en otras, los niños
son personas útiles y muy importantes, al igual que los ancianos.
Para los miembros del pueblo Ashuar,
que viven en la frontera con el Ecuador, los héroes no son los que han muerto
en una guerra, sino los que han regresado vivos de ella.
Hablar de diversidad cultural implica
reconocer que hay diferentes formas de pensar, de vivir, de ser feliz, de
resolver los problemas, etcétera.
La diversidad[2] es a menudo percibida como
lo contrario de la uniformidad y de la homogeneidad. En su sentido original y
literal, la diversidad cultural se referiría entonces simplemente a la
multiplicidad de las culturas o de las identidades culturales. Pero hoy en día
esta visión está superada, la diversidad cultural es sinónimo de diálogo y de
valores compartidos. En efecto, el concepto de diversidad cultural, así como el
de biodiversidad, va más lejos, entendiendo que cada cultura se desarrolla y
evoluciona en contacto con las otras culturas.
Se habla de diversidad cultural al
interior de una misma cultura o de un mismo sistema cultural –como le llaman
otros– para designar la multiplicidad de subculturas y de subpoblaciones que
comparten un conjunto de valores y de ideas fundamentales. En un contexto de
mestizaje social, para describir la cohabitación de diferentes sistemas
culturales, o por lo menos la existencia de otros grupos sociales importantes
en el mismo territorio.
En los países del Tercer Mundo, la
diversidad de las identidades culturales se convertirá rápidamente, en la época
de la descolonización, en un argumento político a favor de la liberación y de
la independencia de los países colonizados. Posteriormente, a partir de los
años 60, impulsará una nueva visión del desarrollo, el desarrollo endógeno.
Posteriormente, pondrá de relieve la relación entre la cultura y la democracia,
que conducirá a dar prioridad “a la promoción de las expresiones culturales de
las minorías en el marco del pluralismo cultural”. (Kiyindou, 2006)
[1] DEGREGORI, Carlos
Iván. PERU. IDENTIDAD, NACION Y DIVERSIDAD CULTURAL. Articulo [Disponible]
bajado de internet [En Línea] http://red.pucp.edu.pe/wp-content/uploads/biblioteca/110301.pdf>[Consulta
21 de julio del 2016]
[2] LA DIVERSIDAD
CULTURAL DEL PERU. Fuente de orgullo e identidad regional. Archivo [Disponible]
bajado de internet[En línea] <http://www.mincetur.gob.pe/Turismo/IIIForo_Inversiones_Macro_Centro/presentaciones/09octubre2008/Cecilia%20Bakula.pdf>
[Consulta 21 de julio del 2016]
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